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¡Un año del Club de Lectura!

Pasar a la acción es posible.

Estoy muy contenta que esta idea haya resultado : )

Dejo acá mis respuestas a un cuestionario que me mandaron desde El Mercurio para un reportaje sobre clubes de lectura:

– En primer lugar me gustaría saber cómo nació la idea del club. ¿Fuiste tú una de las creadoras? Y de ser así, ¿de dónde surgió la motivación?

Yo estuve viviendo en Inglaterra mientras hacía un máster, ahí me di cuenta que la gente tenía clubs para todo: para la acción política, para jugar juegos de mesa, grupos de estudio, etc. Yo vivía en Bristol, una ciudad llena de cafés y bares por lo que estos grupos eran muy visibles. Cuando volví a Santiago se me hizo muy claro que la gente vive encerrada en sus casas y si sale a alguna parte, cafeterías, bares, es para puro consumir cosas y sacarles fotos.

– ¿Cómo ha sido la experiencia del Club? ¿Cómo se organizan, eligen los libros, siguen algún esquema en la discusión de los libros?

Me ha gustado mucho la experiencia del club. Nos partimos organizando por Goodreads y después por un grupo de Facebook. Nos juntamos el primer jueves de cada mes en el GAM a las 19:30. El primer libro fue propuesto por los que organizamos la primera reunión (La Pista de Hielo de Roberto Bolaño) y en la reunión misma se elige el libro de la siguiente junta. Las condiciones mínimas son que cueste menos de 10 mil pesos en librerías, que esté disponible en bibliotecas de Santiago y que esté en formato ebook.
Al principio la discusión partía con una breve reseña del autor y discutíamos sobre lo que se nos antojara pero hace varios meses cambiamos a un formato más rígido que nos ha resultado mucho mejor donde analizamos los siguientes puntos: autor y contexto, resumen, personajes, narrador y perspectiva, ambiente y tema, estructura, estilo ritmo y descripciones y finalmente, la parte más larga y que más me gusta: interpretaciones políticas, conclusiones y opiniones personales.
Puede sonar cerrado pero nos ha permitido entender que un libro bueno no es «una volada» de un escritor que se lanzó a escribir, sino que un trabajo muy cuidado que al disectarlo por partes se puede apreciar el genio y el esfuerzo, además de distinguir con facilidad y argumentos un libro bueno de uno malo.

– ¿Cuánto tiempo llevan y cómo ha sido la convocatoria? Cómo cuanta gente asiste habitualmente? Y qué tal les ha resultado?

Esto partió en octubre de 2013 y no hemos parado. La convocatoria varía pero tenemos un núcleo duro de cuatro o cinco personas, una vez hubo una reunión que tocó un 2 de enero en la que leímos En el Camino de Jack Kerouac y llegamos sólo dos personas, también han habido reuniones más exitosas como la de Catedral de Raymond Carver donde llegaron como 15 personas.
Lo curioso es que el grupo de Facebook tiene 130 miembros y todos dicen que están contentos de pertenecer a una instancia así pero no van, o hay mucha gente que encuentra buena la idea y que les gustaría participar pero dicen que no tienen tiempo. Creo que les debe costar el primer paso para dedicarse a leer habitualmente porque yo conozco gente con vidas atareadísimas, personas del mismo club sin ir más lejos y leen igual. Y harto más que un libro mensual.
De cualquier manera estoy súper satisfecha con la experiencia, nos ha permitido conocer nueva gente, nuevos autores, incluso la experiencia del club inspiró a que con otros amigos organizáramos un grupo de estudio de arte latinoamericano para el que nos reunimos periódicamente en un bar de mala muerte del centro.

– ¿Hay algún eje temático (por ejemplo, leer solo libros de mujeres, o de escritores chilenos) o más bien van variando en los títulos?

Vamos variando pero tratamos de cubrir espectros amplios como para no terminar leyendo cosas de un mismo tono. Nos hemos preocupado de leer ciencia ficción, autores chilenos, mujeres feministas. También hemos tomado decisiones para abarcar distintas áreas geográficas como cuando decidimos leer Todo se Derrumba del nigeriano Chinua Achebe o el primer libro de Kenzaburo Oe (Japón), Arrancad las Semillas, Fusilad a los Niños. Dentro del mismo espíritu, el libro de la próxima reunión es La Hora de la Estrella de Clarice Lispector para introducirnos en la literatura brasileña.
Si bien lo que menciono puede sonar muy orgánico sí tenemos una línea editorial básica que corresponde a nuestro interés en evitar los best sellers de vitrina o esos libros como de vampiros, no porque no sean dignos de analizarse (probablemente para mal) sino porque creo que ya tienen suficiente atención del público general.

– Finalmente, ¿qué consejos crees que son fundamentales para que un proyecto así funcione? ¿Seguir algún esquema, tener alguna guía a la hora de la lectura, etc?

En nuestro caso en particular creo que sólo la constancia contra viento y marea. Es triste pero siempre la gente te va a inventar una excusa para no leer, desde que no tienen nada de tiempo como si fueran presidentes de la república o incluso hay gente que encuentra que leer es «intelectualoide» ¿Puedes creerlo? Entonces si uno trata de organizarlos a todos y pescar sus quejas nunca va a hallar la instancia adecuada, y eso que el punto de todo es simplemente leerse un libro. Por eso mi consejo es la rigurosidad para hacerse el hábito.
Desde ahí te das cuenta que la lectura es mucho más que un hábito, no es como ir al gimnasio, no es un esfuerzo que tengas que hacer, al contrario, es una delicia, un placer.

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