Yo quedo como Jarvis Cocker, no del todo segura si están bromeando conmigo cuando me dicen que quieren que participe en sus esfuerzos para conseguir un mundo “descolonizado” y “despatriarcalizado”. Mientras tanto las bolsitas con cocaína pasan de mano en mano y el pudor al aspirar es escaso. Me hablan de sus proyectos que intentan combatir el cambio climático mediante intervenciones artísticas y columnas de opinión.
Amsterdam, California, Ñuñoa. Necesitan que Latinoamérica esté destruida por el narcotráfico.